jueves, 26 de abril de 2012

Resumen Catedra Bolivariana por: Nelson Santelíz B.

Cátedra Bolivariana
1er. resumen. 
Autor: Nelson Santeliz B.
La Capitanía General de Venezuela
Creada el día 8 de Septiembre de 1777, con la emisión de una Cédula Real de Carlos III, quedó integrada por las siguientes provincias: Venezuela, la Nueva Andalucía o Cumaná, la de Maracaibo, la de Guayana, la de Margarita y la de Trinidad, convirtiéndose este hecho en un ente unificador en lo militar, de las hasta entonces separadas provincias con respecto a la antigua Capitanía General de Venezuela.

La Capitanía General de Venezuela viene a consolidar a la nación venezolana, ya que con la existencia y funcionamiento de la Intendencia del Ejército y de la Real Hacienda, del Real Consulado de Caracas y de la Real Audiencia, las instituciones se unen en la expresión de los poderes públicos, civiles y militares; además, el hecho se convierte en una valiosa referencia para la delimitación del territorio venezolano, base del Uti Possidetis Iuris de 1810 y ha sido, a largo de todos los tiempos nacionales, un marco para señalar que la nación ocupa el mismo territorio que ocupaba la antigua Capitanía General de Venezuela.

De hecho, la decisión del rey uniformó a las provincias que existían desde 1528, unificó los comandos militares de Cumaná, Maracaibo, Guayana, Margarita y Trinidad, culminando el proceso jurídico de la unidad política, administrativa y militar de la nación que se inició con la Intendencia del Ejército y de la Real Hacienda, que prosigue y se consolida con la Real Audiencia de Caracas y que la Capitanía General de Venezuela define jurisdiccionalmente en lo político y militar.
Le puso fin a la disgregación, ya que algunas de las provincias venezolanas dependían del Virreinato de la Nueva Granada en lo político, militar y judicial como Maracaibo y Guayana; otras dependían del mencionado Virreinato en lo político y militar, pero no en lo judicial como Nueva Andalucía, Margarita y Trinidad, mientras que la provincia de Venezuela estaba subordinada en todos los órdenes a la Real Audiencia de Santo Domingo y las provincias de la Nueva Andalucía, Margarita y Trinidad dependían de Santo Domingo en lo judicial. Al crearse la Capitanía General todas las provincias quedaron en lo político y militar bajo la jurisdicción del Capitanía General que tenía sede en Caracas y cuyo título lo hacía presidir el destino de todas las demás provincias venezolanas tanto en lo militar como en lo político.

Revolución Francesa y Emancipación de Venezuela

La independencia de los Estados Unidos repercutió notablemente tanto en Europa como en el resto de América. En Europa, estimula movimientos insurgentes en Holanda, Suiza, Irlanda y Francia (revolución francesa); y en Hispanoamérica su influencia se manifiesta en las revoluciones de las colonias que ansían independizarse de España.
La organización de las trece colonias norteamericanas dieron al Estado (Estado Confederado), sirvió de inspiración y modelo a los países hispanoamericanos que comienzan a surgir como consecuencia de la revolución de independencia, y particularmente a Venezuela. Es así como la constitución venezolana de 1.881 consagró el régimen republicano y acogió la división del Poder Público ideada por Montesquieu: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. 

Además, el preámbulo de dicha Constitución contiene la Declaración de los derechos del hombre.

LA REVOLUCIÓN FRANCESA


La influencia de la Revolución Francesa en el proceso de independencia de Venezuela fue bastante limitada, podríamos afirmar que sólo se acogieron sus principios filosóficos y políticos para justificar la separación de Venezuela de la Corona española; pero a los blancos criollos que formaban la clase dominante desde el punto de vista económico y social, no les interesa implantar la libertad y la igualdad social, porque eran los dueños de los esclavos, factor muy importante de la producción. Además, el clero tampoco veía con agrado las acciones radicales de la revolución francesa, por ejemplo: la posibilidad de confiscación de sus cuantiosos bienes.
Los blancos criollos querían ejercer el poder político y gozar de libertad económica; pero se oponían al ascenso social, económico y cultural de los pardos, que constituían el grupo mayoritario de la sociedad colonial. En consecuencia, el ejemplo de la revolución francesa y sus principios, fueron utilizados como argumento político para sus propósitos de emancipación, pero jamás como razón que les pudiera hacer perder sus privilegios.

Para 1.807, Napoleón Bonaparte había ocupado la mayor parte de Europa y se había convertido en el árbitro de la política del continente. Solamente Inglaterra escapaba a esa dominación y había comenzado a aplicar un riguroso bloqueo económico a los puertos franceses.
Napoleón Bonaparte, impotente para atacar directamente a Inglaterra, apeló también al bloqueo económico, conformándose así un doble bloqueo. Con este objetivo las fuerzas napoleónicas atravesaron el territorio español y llegaron a Lisboa en noviembre de 1.807; pero la Reina, el Regente y su hijo y lo más importante de la nobleza portuguesa hacía dos días que habían partido para Brasil, llevándose consigo el tesoro y la flota. Los franceses se limitaron a ocupar Portugal y, con el pretexto de mantener la ocupación, ordenaron la entrada a España de 100.000 soldados, que se adueñaron de las principales ciudades y fortalezas españolas.
La invasión francesa a España y la sublevación del pueblo español, fue la causa inmediata y circunstancial del inicio del proceso de emancipación de las colonias americanas y específicamente de Venezuela.

19 de Abril de 1810

El 19 de abril de 1810 renació la conspiración de los mantuanos, quienes en esta ocasión se habían procurado la cooperación de los batallones veteranos o las milicias, así como el apoyo de los notables, los intelectuales, de parte del clero y otros sectores de la sociedad, y de un núcleo considerable del pueblo. Una vez eliminada la posibilidad de toda resistencia en la Península, los notables caraqueños concibieron la constitución de una junta similar a las formadas en España a fin de regir los destinos de la provincia.

El capitán general Vicente Emparan, deseoso de ganar tiempo e indeciso ante el camino a seguir, suspendió la sesión del Cabildo y se dirigió a la catedral; sin embargo a las puertas de ésta, uno de los revolucionarios, Francisco Salias, se interpuso y tomando del brazo a Emparan, le conminó a regresar al Cabildo. La actitud de Salias fue ampliamente celebrada por la multitud en general y por un grupo de conjurados; ante la osadía de Salias, los soldados que formaban la guardia del capitán general hicieron un ademán de apercibir sus armas, pero una orden del oficial venezolano que los mandaba, los mantuvo firmes en sus puestos sin intervenir. Dadas la circunstancias, Emparan regresó al Cabildo, acompañado de los alcaldes, regidores y notables, mientras una multitud invadía la plaza mayor. Al poco tiempo llegaron al Cabildo el abogado Juan Germán Roscio, el canónigo José Cortés Madariaga y otros representantes del pueblo y del clero, quienes se incorporaron a la reunión. Presionado por los factores de poder presentes en el Cabildo de Caracas, Emparan pronunció las palabras que señalaron el principio del fin, por lo menos jurídicamente, del régimen español en Venezuela. Dirigiéndose al pueblo congregado en la plaza, desde el balcón del cabildo, les preguntó si deseaban que él continuase mandando; ante la respuesta negativa de las personas presentes, exclamó Emparan: "¡Pues yo tampoco quiero mando!". Luego de esto, quedó establecida la que oficialmente recibió el nombre de Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII.

El mismo 19 de abril de 1810 fue redactada el acta en la cual se consignaba el establecimiento de un nuevo gobierno. En la misma se precisaba que el gobernador y capitán general, el intendente de Ejército y Real Hacienda, el subinspector de artillería y el auditor de Guerra y asesor general, así como la Real Audiencia, quedaban privados del mando que ejercían, a la vez que suprimían esas instituciones. En consecuencia el Cabildo de Caracas, con sus 2 alcaldes José de Llamozas y Martín Tovar y Ponte a la cabeza, asumió el poder, incorporando en su seno a los representantes del clero, del pueblo y de los pardos, ya mencionados, mientras que el mando militar era confiado momentáneamente al teniente coronel Nicolás de Castro y al capitán Juan Pablo Ayala. El acta del 19 de abril fue firmada por todos los asistentes al Cabildo extraordinario de ese día, incluyendo a los funcionarios españoles depuestos (Vicente Emparan), los que desempeñaron un papel secundario y los que a partir de ese momento asumieron el poder (Tovar, Roscio, Cortés de Madariaga, etc.). El acta fue leída el mismo día en diversos lugares de Caracas por los escribanos Fausto Viaña y José Tomás Santana, quienes certificaron que la población reaccionó gritando las siguientes consignas: "Viva nuestro Rey Fernando VII, nuevo Gobierno, Muy Ilustre Ayuntamiento y Diputados del Pueblo que lo representan". En definitiva la revolución se llevó a cabo sin derramamiento de sangre. Los funcionarios depuestos fueron conducidos luego a La Guaira y encerrados en las fortalezas o confinados a bordo de buques anclados hasta que se les expulsó. De acuerdo con el testimonio de uno de ellos, el intendente Basadre, durante el tiempo que estuvo en prisión pudo apreciar como los revolucionarios compusieron e hicieron circular canciones alegóricas de su Independencia, en las cuales convidaban a toda Hispanoamérica a hacer causa común y a tomar "... a los caraqueños por modelo para dirigir revoluciones" Al parecer, ya entonaban la canción que mucho más tarde fue declarada Himno Nacional de Venezuela: "Unida por lazos/ que el cielo forjó/ la América toda/ existe en Nación/ y si el Despotismo levanta la voz seguid el ejemplo/ que Caracas dio." En conclusión, aunque el 19 de abril de 1810 no fue declarada jurídicamente la Independencia de Venezuela, políticamente se produjo un cambio radical que culminó con la declaración 5 de Julio.